Ya sea la erradicación de la pobreza o el apoyo de la positividad climática, todos los ODS tienen que ver con la creación de un equilibrio de los flujos de recursos. La producción y el consumo responsables son esenciales para esto, y se pueden lograr a través de la conexión, la comunidad y un poco de creatividad.
Como dice el adagio: no heredamos la tierra de nuestros antepasados; Lo tomamos prestado de nuestros hijos. Hace poco menos de cinco años, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se establecieron para el año 2030: 17 objetivos para “satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.
ODS 12: El consumo y la producción responsables es el concepto que toca todos los Objetivos. La tierra es una cuna finita, pero puede haber más equilibrio con suficiente para todos. Los sistemas que piensan apoyar el uso responsable de los materiales (como el reciclaje) y el acceso equitativo a los recursos darán paso a un mundo más conectado.
En TerraCycle estamos en la posición de que no hay desperdicio, solo recursos mal ubicados. Pero el mundo actualmente no lo ve de esa manera, por eso hay tanto material desechado; especialmente plástico: una sustancia que es casi indestructible, tarda eones en descomponerse; y podría usarse para una gran cantidad de cosas, como construir viviendas o reparar carreteras.
Donde el concepto de desperdicio hecho por el hombre es una especie de blanco y negro (algo es valioso o no lo es); La colaboración entre industrias, gobiernos y sectores empresariales puede aportar perspectivas valiosas para obtener más oportunidades de capturar recursos.
Por ejemplo, cuanto más arriba se mueva la jerarquía de residuos (relleno sanitario, incineración, reciclaje y reutilización), se crean más empleos para mantener recursos como el agua, el gas natural, incluso la información que circula y se utiliza en la producción. Esto es compatible con el ODS 9: Industria, innovación e infraestructura; que tiene muchas de las mismas prioridades que el ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles.
Uno de los objetivos más directos del ODS 12 es reducir sustancialmente la generación de desechos mediante la prevención, reducción, reciclaje y reutilización. La importancia de vigilar las situaciones ideales (como que más consumidores inviertan en bienes duraderos, los gobiernos aprueben leyes de responsabilidad del productor o las empresas que diseñan para ser reciclables) mientras realizan un trabajo práctico y cotidiano en el terreno no puede enfatizarse lo suficiente.
Trabajamos con marcas globales, minoristas y municipios para ofrecer al mundo formas de consumir de manera más responsable; Es a través de estas asociaciones que podemos financiar programas y solucionar las brechas en el reciclaje público. Pero una de las soluciones más interesantes que brindamos es la capacidad de las personas de hacer una diferencia por sí mismas.
Para los muchos tipos de envases y productos que no tienen un programa patrocinado o un hogar en reciclaje municipal, nuestra división Zero Waste Box permite a las personas tomar el asunto en sus propias manos. Los consumidores promueven un uso más circular del material al trabajar para apoyar cada aspecto del sistema de reciclaje (acceso, participación, separación de materiales y mercados finales (que encontramos)) con una inversión personal en la red global de reciclaje.
Es difícil poner existencias en actividades de consumo responsable cuando hay poca o ninguna información que lo respalde, especialmente a nivel del consumidor. Las personas buscan métricas de impacto positivo, así como incentivos, para actividades como el reciclaje, la compra de segunda mano o la conservación de agua y gas en el hogar.
Más brechas macro en los datos sobre pérdida y desperdicio de alimentos van de la mano con sistemas de naturaleza incomprensivos a nivel mundial. Los recursos deben colocarse en contra de cuantificar el progreso a medida que mejoran los sistemas de consumo responsable de recursos. Mejores datos equivalen a mejores soluciones y un stock más preciso de necesidades de políticas y el cambio hacia una economía circular.
Por ejemplo, acompañar la prohibición de los plásticos de un solo uso en una ciudad, país o incluso una escuela con métricas de reducción de basura por milla transmite a las partes interesadas qué está funcionando, qué no y cómo mejorar.
Una clase media en ascenso, una población mundial proyectada para alcanzar los 9 mil millones para 2050, y un planeta que se acerca al límite de su capacidad para proporcionar, hacen que el consumo responsable no sea solo un tema de moda, sino una cuestión de supervivencia.
Si la erradicación de la pobreza, el hambre o la enfermedad (ODS 1-3); o el apoyo del crecimiento económico y la positividad climática (ODS 8 y 13), todos los objetivos para el desarrollo sostenible son crear un equilibrio de los flujos de recursos. La producción y el consumo responsables son esenciales para esto, y se pueden lograr a través de la conexión, la comunidad y un poco de creatividad.